Ultima actualización: 19 octubre 2015

La flagelación erótica, de Antonio San de Velilla (1932)

Seguimos recuperando bibliografía sobre sadomasoquismo publicada en España a lo largo de las primeras décadas del siglo XX, antes de la imposición de la censura franquista.

En esta entrada hablaremos de un libro que ya mencionamos en varios posts a lo largo del año 2013 y al que dedicamos un artículo en la revista digital Cuadernos de BDSM. Nos referimos a La flagelación erótica, de Antonio San de Velilla.

san de velilla la flagelacion erotica, 1932

En este blog lo hemos mencionado, básicamente, para comentar sus ilustraciones, las cuales, salvo las realizadas expresamente por un dibujante que firma con el seudónimo Zurriago, fueron sacadas de literatura flagelatoria francesa, constituyendo una muestra bastante representativa de algunos artistas interesados por el tema, tales como Léon Pierre, Georges Topfer (seudónimo de Gaston Smit), Jim Black o Gaston Noury.

La flagelación erótica de Antonio San de Velilla es, al parecer, uno de los libros sobre sadomasoquismo que mayor difusión tuvo en España en aquel momento años treinta. Creo que esto se debe, principalmente, a su planteamiento tramposo: se trata de un compendio de relatos e imágenes sacadas de libros de ficción, aunque lo disimula aparentando ser un manual de divulgación científica.

Así, la pretendida “educación sexual” no es más que una coartada para encubrir literatura erótica, a base de fragmentos entresacados de obras famosas, tal como se dice en el subtítulo.

Referencia del libro:
Antonio SAN DE VELILLA: La flagelación erótica en las escuelas, en los conventos y casas de corrección; en las cárceles y en los presidios; en la alcoba conyugal, en las mancebías, etc. Estudio de psicopatía sexual, basado en los más modernos trabajos científicos sobre el masoquismo y el sadismo, avalorado con la exposición y análisis de gran número de casos observados en la clínica o entresacados de obras famosas en las que se analizan las causas de la relación frecuente entre el amor y el dolor. Edición ilustrada. Barcelona: Carlos Ameller, 1932. 247 páginas.

san de velilla la flagelacion erotica, 1932 dibujo de zurriago

Resumen de su contenido:
En el "prologuillo" el autor lo presenta como un "libro de vulgarización científica" definiendo el objeto de estudio como una psicopatía sexual, una "perversión del instinto genital", una neurosis, un "mal muy extendido", etc. Curiosamente, como prueba de la extensión de semejante "mal", aduce la gran cantidad de libros dedicados al tema. Según esta misma lógica inconsistente, su libro también estaría contribuyendo a la expansión del “mal”.

El contenido de La flagelación erótica de A. San de Velilla se subdivide en cuatro partes, que suponen un gradual acercamiento al tema. En la primera parte, amor y dolor, el autor plantea algunas cuestiones clave sobre la extraña relación entre placer y dolor.

Tras estas consideraciones teóricas iniciales San de Velilla empieza con lo que es constante a lo largo de todo el libro: la descripción pormenorizada de casos a modo de ejemplos ilustrativos de lo que pretende explicar.


Así, para abordar la segunda parte, en la que trata de masoquismo y sadismo, nos habla de la infancia de Rousseau, de Sacher-Masoch, de Sócrates, de Baudelaire, del marqués de Sade y hasta de los vampiros y del canibalismo sexual de los arácnidos. Lo cierto es que el resultado es una exposición bastante deslavazada en la que tiene más peso la mera descripción acumulativa de casos que el análisis de los mismos o la argumentación a partir de ellos.

La tercera parte de La flagelación erótica se titula “Flageladores y flagelados”. Conjuga algunas pinceladas teóricas que remiten, principalmente, a autores como Havelock Ellis y Jaf y Saldo (seudónimo de Jean Fauconney, autor de Flagellantes et flagellées) con la narración pormenorizada de casos muy diversos: “Referiremos algunos casos, con lo que nos proponemos probar…que la flagelación se practica en todos los países” (pàg.115).


Así pues, de la mano de A. San de Velilla viajamos por Francia, Rusia, Alemania, Inglaterra o India, sin hacer parada en España. Las “noticias confidenciales” de un prostíbulo del West-End de Londres servido por menores dan idea de la propensión del autor a resaltar lo morboso y hasta lo escabroso del tema.

san de velilla la flagelacion erotica, 1932 dibujo de jim black

La cuarta y última parte del libro, la flagelación en la literatura, es la más extensa de todas y se plantea como una antología de textos cuyos títulos son suficientemente elocuentes: “el látigo en la escuela”, “las colegialas viciosas”, “la crueldad del hermano Eusebio”, “el primito hermoso”, “la flagelación en los colegios de jesuitas”, etc. También se copian extensos fragmentos (con sus correspondientes ilustraciones) de libros como Esclaves modernes, de Jean de Virgans (1931) y de una novela de le célebre colección francesa orties blanches: Mrs. Goodwhip et son esclave, de Bob Slavy (1932).

Como decía antes, La flagelación erótica de Antonio San de Velilla es mayoritariamente una antología de casos y relatos que oscilan entre lo morboso, lo escabroso, lo erótico y hasta lo pornográfico, apenas disimulada por la mención de unas cuantas autoridades y algunas pinceladas de teoría.

Es, en este sentido, un excelente ejemplo de un tipo de libro característico de aquellos años, que ha sido estudiado por Raquel Álvarez Peláez. Son libros que en apariencia pretenden divulgar conocimientos científicos sobre sexualidad pero que en realidad se recrean en unos contenidos de ficción abiertamente eróticos o incluso pornográficos.

Recuerda, salvando todas las distancias, lo que fueron muchas películas de “destape” de los años de la transición. Aparentemente abordaban tremendos dramas sociales con abundantes dosis de moralina. En realidad, la gente iba a verlas porque salían culos y tetas.

La abundante ilustración de La flagelación erótica lo confirma inequívocamente. Sacada, en gran parte, de publicaciones extranjeras (salvo los dibujos de Zurriago), es rica en representaciones de juegos de alcoba y en contenido erótico. De todo menos científica.
WhipMaster


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